En el año 2003 Intramar adquiro la embarcación de nombre "Ricardo Chiquitín" una histórica "fasquía" de barco de cerco de las Rías Altas que se conocen con el sobrenombre de "tarrafas" (Las tarrafas tenían como caracteristica la popa de "rabo de gato" y representaron la transición de las embarcaciones de pesca de asedio con vela a la utilización generalizada de embarcaciones de pesca propulsadas con motores diesel a partir de los años ). Hoy rebuatizado como CHASULA comienza un nuevo camino, la de mostrar a las nuevas generaciones toda una vida dedicada a la pesca artesanal.
UN TRADICIONAL BARCO PESQUERO CON MILES DE HISTORIAS EN EL MAR
El “CHASULA” es una embarcación construida en el año 1959 seguiendo la tipología de las embarcaciones para la pesca del cerco en las Rías Altas .
Representa una embarcación pesquera propia y característica de la pesca en Galicia durante los dos primeros tercios del siglo pasado y que se extingue a partir de los años 60 para dar entrada a nuevos conceptos construtivos
. Hoy en día o “CHASULA” constituye un exponente patrimonial de la historia de la pesca y de la construcción naval en Galicia y es testimonio vivo de los procesos de cambio que experimento la pesca artesanal y industrial en Galicia, así como la transformación de las embarcaciones tradicionales de pesca a remo y vela por las embarcaciones a motor, que se produce en Galicia a lo largo del siglo XX.
La historia del barco arranca en el año 1958 cuando se construye en el emblemático astillero del "Charango" de Muros, de aquella el barco es bautizado como "Novo Jorge" nombre que cambia cuando es adquirido por el segundo propietario, el armador "Ricardo Figueiras".
En el momento de la adquisición constatamos que el barco fue transformado en el año 1991 por su último propietario para las actividades de barco de batea o mejillonero presentando el puente en proa y una grua (o pluma) en la popa, dejando la cubierta despejada para el trabajo en batea y la manipulación del mejillón a bordo. Su conservación respecto del estado del casco y maderas era satisfactorio, su valor en lo tocante al elemento histórico estaba fuera de dudas por tratarse de una de las últimas "tarrafas" gallegas.
Embarcar como pasajero, o pescar en el "Chasula", además de satisfacer nuestra afición a la pesca, es navegar en un barco con mil historias sufridas en su proa, de temporales y épocas gloriosas de la pesca, secretos cuya bitácora particular guarda en el alma de su antiguo armazón de madera. Un barco de 14 metros construido en 1958 y que salía a la mar a soltar sus redes en el arte del cerco. Pero también navegó durante varias temporadas a las lejanas costas del Cantábrico a buscar el atún y bonito del norte.
Su actual dueño y patrón, Isidro, lo rehabilitó durante un año y medio, poniendo toda su entrega en recuperar un barco en un estado lamentable, para convertirlo en un patrimonio marítimo gallego.
